Daniel 
Barreiro

Cuando el trabajo se siente como la expresión de uno mismo y cuando cada día se aprende algo nuevo, esa palabra, "trabajo", pierde su sentido y se convierte en tener la suerte de poder hacer y potenciar lo que de verdad te llena como profesional y como persona. Cada terapia con un paciente es un verdadero reto personal, no sólo por la preocupación y posterior satisfacción de conseguir los mejores resultados con un tratamiento, sino por la empatía, humanidad y honestidad con que debes acompañar siempre cada proceso.

A veces te dicen "vengo sin mucha fe" porque ya han rodado por distintos lugares sin resultados. Siempre contesto lo mismo: "tienes suerte porque no trabajo con la fe, sino con el conocimiento y la experiencia". Y entonces, cuando oyes a tus pacientes referirse a ti como "mi fisio" ves que para ellos ya has pasado a pertenecerles de alguna manera y es realmente gratificante.